Nada, que no hay manera. A este fornido californiano, cercano ya a los 60 años, no hay quien le quite del cuerpo el espíritu aventurero y optimista de su 'alter ego' pixelado, Super Mario Bros.
Se llama Charles Martinet, y ha consagrado su carrera como actor a ponerle voz al héroe de las consolas desde hace más de dos décadas. "Llegué a Super Mario de casualidad", nos cuenta Charles en su visita a Madrid. "Un amigo mio me dijo que estaban haciendo un casting para darle voz a un personaje de videojuegos. Yo no había jugado nunca antes a estas maquinitas, tan sólo al 'Space Invaders", admite, "y de repente me vi haciendo de fontanero de Brooklyn ante el director de la compañía".
Martinet sigue repitiendo las mismas muecas, gritos y expresiones que en 1990 le dieron el trabajo de su vida. Está en España promocionando el último escalón en la saga Super Mario, en esta ocasión la secuela de su versión 'Galaxy', que sale a la venta el próximo 11 de junio para Wii.
"Me parece una maravilla", admite emocionado cuando habla de este nuevo producto. "He visto crecer a Mario y cada vez me sorprende más las cosas que Nintendo es capaz de hacer con él". La evolución de este icónico personaje, en cierto modo, también es obra suya.
Si bien Super Mario Bros nació en 1983, no fue hasta 1990 cuando se decidió que, además de saltar, comer champiñones y rescatar princesas, también tenía que hablar.
"Se me ocurrió inventarme una historia sobre un fontanero de voz grave, porque me dijeron que vivía en Nueva York, pero luego pensé que haría mejor dulcificándolo y dándole un lado divertido". De su gargante, de repente, empiezan a brotar frases como 'Oki-Doky' o 'Mamma Mía', auténticas señas de identidad para toda una generación que ha crecido escuchando a Super Mario repetir esos gritos en todas y cada una de las consolas de Nintendo.
"Mis sobrinos están acostumbrados a escuchar esta voz. Para ellos soy 'El tío Super Mario'. Sus amigos, sin embargo, cuando vienen con ellos a casa y coincidimos, se quedan boquiabiertos. De repente escuchan la voz de su héroe favorito. Me han hecho repetirlo infinidad de veces. Me encanta".
"Yo tengo que admitir", se sincera Martinet con Qué.es, "que nunca conseguí pasarme el juego original de la Nintendo. Eran tiempos en los que no se guardaban las partidas, que tenías que jugar del tirón, y cuando me dieron una consola por primera vez, me pasé 12 horas frente a Mario jugando".
"Sin embargo, a las 4 de la mañana, lo tuve que dejar. Había un foso que no conseguía saltar y en el que siempre perdía la vida", cuenta divertido. "Al día siguiente, recuerdo que llamé a uno de los jefazos de Nintendo como loco, suplicándole que por favor me dijera como tenía que pasar ese nivel", ríe.